COMO DESARROLLAR DOMINIO PROPIO
Por Alberto Valdivia
Se
cuenta que en cierta oportunidad, Alejandro Magno, el gran conquistador de la
antigüedad, dijo lo siguiente: “He conquistado reinos y reyes, pero nunca he
podido conquistarme a mi mismo”, y tuvo razón, pues este hombre murió a los 33
años, borracho y en medio de una gran orgía.
Si no
tenemos auto control estamos destinados al fracaso, pues todo lo que obtengamos
lo perderemos por falta de control (fama, dinero, reputación, amigos, seres
queridos, etc.). El dominio propio es vital para el éxito, solo dominando
nuestros apetitos, malos hábitos, emociones, reacciones, etc., lograremos ser
personas organizadas, disciplinadas, cumplidas, confiables y laboriosas, y esas
son las características básicas para ser exitoso en la vida y queridos por los
demás.
Veamos
como podemos desarrollar dominio propio en nuestras vidas:
HAY QUE SER PERSEVERANTE (v.24)
Pablo
pone el ejemplo de los corredores, y nos dice que de ellos solo el que más se
esfuerza y persevera, es el que se lleva el premio. Igualmente, nosotros
debemos de perseverar en el ejercicio del dominio propio, y de esa manera poder
vencer cada una de nuestras debilidades (sexo, sueño, flojera, exceso en la
comida y bebida, violencia, etc.). Desarrollar autocontrol no es fácil, pero el
secreto está en perseverar en la disciplina, es una lucha constante que nunca
debemos de abandonar. Hacerlo solo una vez ayuda muy poco, hay que permanecer
en la disciplina.
Aquí
les damos algunas ideas que les pueden ayudar a ser perseverantes en su proceso
por adquirir dominio propio:
-
Practica una actividad todos los días por un mes y se convertirá en un hábito
- Practica
un deporte, eso te ayudará a forjar perseverancia
-
Exígete a terminar lo que comienzas
-
Comienza por lo que más te cuesta, lo demás será más fácil
HAY QUE PRACTICAR LA ABSTINENCIA
(V.25a)
Abstinencia
es decir no. Un deportista tiene que decir no a la diversión, a las comidas y
bebidas en exceso, etc., nosotros debemos de decir no al pecado y a todo
aquello que sea malo y sea contrario a la voluntad de Dios. Repítase siempre lo
siguiente: “NO LO HARÉ AUNQUE MIS DESEOS Y MI CUERPO ME LO PIDA”. Eso es lo que
Pablo quiso decir en el v.27, cuando habla de “golpear su cuerpo”, no es que él
maltrataba su cuerpo, sino que lo exigía, lo obligaba a someterse a su
voluntad, él hacía que su cuerpo sea su siervo y no su amo.
Ante la
flojera salta de la cama, ante la violencia dile no a la ira y sonríe, etc.
Aquí le damos algunas ideas que pueden ser útiles para desarrollar la
abstinencia:
a. Busca a alguien que desee dejar las mismas
cosas que tú, y ambos exíjanle y cuídense
b. No frecuentes personas ni lugares que puedan
estimularte a caer en cosas malas y pecaminosas
HAY QUE MOTIVARNOS, MIRANDO EL
PREMIO QUE RECIBIREMOS (25b)
Los que
corren en el estadio se esfuerzan porque desean ganar un premio material (en
esa época era una corona de olivo o perejil). Saber que su sacrificio les
traerá recompensa hace que la disciplina impuesta, que el mantener dominio
sobre sí mismo valga la pena. Igualmente, nosotros los creyentes debemos de
motivarnos a la disciplina mirando el premio que Dios nos dará por ser fieles a
él, pues recibiremos coronas eternas en el cielo y en la tierra gran bendición
(2Corintios 5:10)
HAY QUE PLANTEARNOS METAS (v.
26)
Pablo
dice aquí que él corría tras una meta, no a la ventura sin saber a donde
llegar, él peleaba sabiendo donde dirigir sus golpes, no lo hacía al aire.
Pablo tenía metas, sabía a qué apuntaba, eso le ayudaba a ser una persona con
dominio propio.
Las
metas ayudan mucho para forjar en nosotros disciplina, debemos de plantearnos
metas y hacer todo lo posible por cumplirlas. Veamos algunas de las metas
básicas que deberías de plantearte:
Comienza
a ordenarte en las cosas simples (tu cama, tu ropa, tu aseo, tu casa)
Exígete
puntualidad
Controla
tu apetito y tu sueño
Todos
estos consejos son útiles, pero no suficientes para tener dominio propio. El
paso fundamental para tener domino de nosotros mismos, es entregar nuestras
vidas a Dios, para que él nos de esa capacidad (1Timoteo 1:7), nosotros con
nuestro esfuerzo podemos colaborar, pero nunca será suficiente para alcanzar
autodominio, es necesario y fundamental recibir las fuerzas de Dios, el poder
de Dios sobre nuestras vidas para de esa forma controlar nuestras debilidades.
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